Cuando las niñas y las chicas esconden que juegan: invisibilidad gamer y cómo acompañarlas

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14 Jul 2025

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Muchas niñas y adolescentes juegan a videojuegos, pero lo ocultan por miedo al juicio o la burla. Este artículo visibiliza su experiencia y propone formas de acompañarlas con empatía y perspectiva de género.

Tu hija juega, pero no lo cuenta.
Le encanta construir en mundos abiertos, competir, resolver retos…
pero lo hace en silencio.

No lo dice en clase. No lo comparte en redes.
No habla por el micro cuando entra a jugar online.

¿Te has preguntado por qué?

Este artículo es para mirar ahí donde muchas veces no queremos mirar:
la invisibilidad de las niñas y las chicas jugadoras.
Porque sí, ellas están.
Pero el entorno muchas veces les dice que no deberían.

El dato que desmonta el mito

Según el Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2024, las mujeres representamos el 50,4 % de las personas que juegan en España.
Sí, más de la mitad. Somos mayoría.

Hace unos meses, mientras preparaba una ponencia para México, investigué el dato local:
50,2 % de jugadoras. Prácticamente igual.

Y sin embargo, en ambos países se repite otra cifra preocupante:
Apenas un 20 % de las personas que trabajan en el sector son mujeres.
En España, el dato exacto es 26 %.

Muchas jugamos.
Pocas diseñamos, lideramos o figuramos en los créditos.
Y eso se nota.
Porque lo que no se ve, parece que no existe.
Y lo que parece que no existe… se empieza a esconder.

 

Una historia que lo explica todo

En una charla con familias, una madre me dijo:
— “Mi hija juega a diario, pero no quiere que sus amigos del cole lo sepan. Me dice que se reirían.”

Y no lo decía con tristeza, sino con resignación.
Como quien ya entendió que, para seguir disfrutando de algo, hay que ocultarlo.

¿Qué hace que una niña se oculte cuando juega?

  1. Anticipar el juicio

Antes de encender la consola, muchas ya saben lo que se van a encontrar si hablan en el chat:
— “Seguro eres mala.”
— “Vete a fregar.”
— “¿Una chica aquí?”

Así que, directamente, eligen callar.

  1. No verse representadas

Pocas protagonistas mujeres.
Menos aún que no estén sexualizadas.
Casi ninguna niña o mujer liderando la historia desde la normalidad.

Cuando no te ves en los juegos que juegas…
te acostumbras a pensar que ese espacio no es del todo tuyo.

  1. La sobreexigencia constante

Si juegan bien: “es suerte”.
Si juegan mal: “claro, es una chica”.
Y esa presión cansa. Mucho.

Al final, muchas abandonan o se esconden, no porque no les guste jugar…
sino porque se cansan de justificar su presencia.

  1. El miedo antes de jugar

A veces no es una mala experiencia lo que limita.
Es el miedo a tenerla.

Eso basta para que usen avatares neutros, nombres ambiguos o se desconecten del micro.

 

Ellas están. Pero el entorno no siempre las ve.

Las niñas juegan.
Diseñan, construyen, compiten, colaboran.
Pero muchas veces lo hacen desde un rincón invisible.

Y eso no es casualidad.
Es el resultado de un entorno que aún no les ha hecho espacio sin condiciones.

5 cosas que puedes hacer hoy mismo para acompañarlas

  1. Pregunta sin suponer:
    No des por hecho que no les interesa.
    Pregunta: “¿A qué juegas?” en lugar de “¿por qué no haces otra cosa?”
  2. Valida su lugar en el juego:
    No tienen que ser expertas, ni demostrar nada. Solo disfrutar.
  3. Comparte referentes mujeres visibles:
    Jugadoras, streamers, diseñadoras, líderes del sector.
    Que sepan que no están solas.
  4. Cuida el lenguaje en casa y en el aula:
    Lo que se dice cuando una niña dice “me gusta jugar” importa. Mucho.

 

Conclusión: si no se ven, no significa que no estén

Cuando una niña calla para jugar tranquila, hay algo que debemos escuchar.
Y no es su silencio:
es el entorno que la obliga a ocultarse para poder disfrutar de lo que le apasiona.

Visibilizar a las niñas gamers no es una moda.
Es una urgencia educativa, cultural y social.

Porque si ellas no se ven reflejadas en los juegos…
si no escuchan voces como la suya en el chat…
si no conocen mujeres trabajando en el sector

¿Cómo van a imaginarse ahí?
¿Cómo van a pensar que diseñar, programar o liderar un videojuego también puede ser su camino?

Lo que no se ve, no se sueña.
Y lo que no se nombra, no se elige.

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Educar es acompañar.
Y acompañar también es hacer visible lo que siempre ha estado ahí, pero en silencio.

Y jugar, no debería doler.

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